Millonarios terminó sufriendo pero logró romper la paternidad del Once Caldas en Bogotá.

En un partido abierto y con opciones para ambos bandos, Millonarios venció al once Caldas por la mínima diferencia, gracias a un gol conseguido por Mayer Candelo en la primera etapa del juego.

El estadio el Campín fue de nuevo el escenario para albergar el partido que cerraba la ida de los cuartos de final de la liga Postobón, y luego de una semana controvertida por el cambio de horario del juego, el balón se ponía en marcha y entre los espectadores azules estaba el temor de enfrentar a un equipo que no perdía hace 11 años en Bogotá, mientras los Caldenses se ilusionaban con repetir la historia.

Millonarios venia con la tendencia de “regalar” los primeros tiempos y acelerar en el segundo,  y sabia que con el Once Caldas en frente no podía regalar nada.

Y así fue, en la primera etapa los Azules se fueron al ataque e intentaron asustar a los “albos”, los cuales se mostraron sólidos en los primeros minutos, pero después se complicaron para administrar el balón y vieron como Millonarios se encontró con el futbol que tanto pedía su afición, y después de 15 minutos de iniciado el juego los azules se hacían con el dominico de la esférica.

Al minuto 17 luego de una buena jugada colectiva, Preciado remato fuerte al arco de Neco Martinez, pero sin la suficiente dirección, anunciando que tenían ganas de gol, y solo tres minutos después luego de una jugada en la que preciado hizo de pívot, Mayer Candelo remato desde fuera del área, y tras un rebote entre Diego Amaya y Alexis Henríquez, el balón tomo una curva que hizo inalcanzable la esférica para Neco Martínez.

Desde ahí el partido tuvo domino de Millonarios, y entre el ole del público se animaba a buscar el segundo.

Por su parte un Once que parecía desconocido, no encontraba el balón y aunque inquietaba por ráfagas a los azules, no se veía el mismo espíritu de partidos anteriores, haciendo pensar en el estado anímico de los jugadores. Wason, Dayro y Carbonero  generaban pocas ocasiones, e incluso debían colaborar en defensa, mientras Núñez lanzaba centros imprecisos y sin sentido lo que deslucía aún más a los de Manizales.

Al final Carbonero hizo un gran desborde por la derecha y Dayro de palomita la tiró increíblemente afuera, tras el buen achique de arquero.

Así se fueron los equipos a los vestuarios, con un Millonarios animado por su buen futbol, y por el aliento de los más de 25mil hinchas que lo acompañaron.

La segunda etapa tuvo un cambio total, tras unos primeros minutos de trámite, el Once empezó a controlar el juego, y el técnico Páez realizó cambios que no le funcionaron, como el de Mayer por Tancredi, y Ervin Gonzales por Mosquera, pretendiendo darle más manejo al equipo, lo cual nunca llegó, y al contrario los albos arremetieron en varias ocasiones, empezando por una de Wason, que se caracteriza por su buena definición pero ayer no estuvo fino, primero tras pase de Mario Gonzales, definió al cuerpo de arquero, y minutos más adelante le filtraron un balón en  “pase de la muerta” que no pudo impactar de buena manera para lograr la paridad, y a esto se me sumó un remate de Harrison Henao que en todo el área chica definió incomodo y hizo lucir al portero Ramos.

Al final mientras la hinchada azul sufría, el ídolo capitalino Rafael Robayo desbordo por la izquierda y fue derribado por Carbonero en el borde del área a lo que el árbitro Imer Machado pitó como tiro libre y no penal como alegaron muchos.

De esta forma concluyó un partido que se dividió por tiempos para ambos conjuntos , con la diferencia que Millos logró convertir y sacar un ventaja que tendrá que saber plantear para enfrentar de nuevo a los blancos que esperan levantar su nivel para el próximo Domingo en Manizales.